Primero que todo: ¡Felicitaciones por estar entre nosotros y ojalá nos sigas acompañando por mucho tiempo!
Quien te debe dar las recomendaciones es directamente el cirujano que se encontraba presidiendo la sala de cirugía en el momento del paro cardiaco y quien además cuantificó la pérdida de sangre sufrida.
Probablemente te vaya a sugerir una alimentación rica en hierro (carnes rojas, especialmente hígado) y un suplemento de vitaminas del complejo B, las cuales ayudan en la correcta absorción del hierro a nivel intestinal. Sin embargo, todo depende de ciertas circunstancias añadidas como tus otros antecedentes, otras situaciones clínicas que se presentan en cirugías y que no siempre se entra en detalles con los pacientes, tus intolerancias, tus alergias y tus circunstancias personales...
Por último, pero no menos importante, ora... Ora a Dios, a Jehová, a Buda, a Alá. En fin, ora a ese ser superior en el que creas, no importa como lo llames ni tu forma personal de hablar con él...
Hazle caso a tu médico, aliméntate bien, ora y descansa... Descansa mucho...